jueves, 29 de abril de 2010

Control 13

¡A promocionar se ha dicho!

¿Cuántas veces hemos sido parte o víctimas de la promoción de un libro? ¿Cuántos de nuestros libros no han sido adquiridos gracias una idea creativa que exitosamente fue generada en torno al manuscrito? ¿Cada cuanto al adquirir un libro nos dedicamos a reflexionar sobre la publicidad y promoción en torno a este?

La promoción editorial, es la encargada de dar a conocer el libro y hacer que la gente sienta el deseo de comprarlo, la necesidad de poseerlo, para lo que es necesario llevar a cabo diversos métodos, de los cuales el principal es el desarrollo de una idea publicitaria, la cual debe ser diferente para cada libro, y que puede ser realizada por el editor o bien por un publicista.
Aun cuando dicha promoción, debe responder a las diferentes características de cada libro, existen elementos que deben ser tomados en cuenta para promocionar cualquier publicación. Los cuales son: el forro del libro, ejemplares obsequio para reseñas en periódicos y revistas, presentaciones, anuncios entre librerías, visitas de vendedores a librerías y/o escuelas, así como algún tipo de publicidad impresa.

Atracción visual obtenida por el diseño del libro; reseñas, columnas, o cualquier publicación referente a ellos en los medios de comunicación; recomendaciones que parte de argumentos y opiniones, supuestamente, fiables (en su mayoría de expertos en el tema o de líderes de opinión) acerca del contenido de éste; catálogos comerciales y/o avisos de temporada; aunada a esto nunca debe dejarse de lado la promoción personal, dada por la visita de los vendedores a sus nichos de venta.

En cuanto a la publicidad se refiere, uno de los principales elementos y por lo tanto de mayor trascendencia son los espacios publicitarios comprados en periódicos, revistas para dicha promoción, más cabe señalar que estos no son aplicables o bien no causaran los mismo resultados en todas las publicaciones, su eficacia se da principalmente en los considerados best –sellers y no así en los libros de texto de disciplinas especificas.

De igual trascendencia resultan los carteles y las exposiciones. En los primeros que se reproduce la portada del libro o el folleto promocional, y estos a su vez son enviados a las librerías y fijados en otros sitios, de forma tal que se posicionen las publicaciones y con ello se mantengan en el consiente del público. Las segundas, son necesarias para mediante un evento puedan ser promocionados y dados a conocer mayor cantidad de libros pertenecientes a la editorial a un menor costo, como son los casos de las Feria de Libros de nuestro país; siendo, entre otras, las mas reconocidas la de Guadalajara y la de Minería.

Así mismo, existen muchos otros medios o formas de publicitar un libro y esta debe ser determinada no sólo por el capital con el que se cuente para cubrir este rubro sino también según los interese tanto de la editorial como del autor para darlo a conocer; a demás de que siempre debe ser tomado en cuanta uno de los elementos más importante el público al que se busca llegar, ya que sin esto ninguna publicidad resultados buenos tendrá.

Control 14

Editando en la era digital

Las nuevas tecnologías, como ya se ha mencionado anteriormente, han provocado cambio en todos los procesos de creación del libro y la edición, no es la excepción, de forma tal que ha tenido que ser replanteada la labor editorial. De forma tal que desde hace unos años, con el desarrollo de tecnologías digitales e informáticas, los nuevos soportes amenazan con protagonizar la edición en papel, del mismo modo que en la transmisión de conocimiento se ha desplazado, mas no por completo, a los libros para preponderar la internet, Google en especial.
Dichas modificaciones, conllevan una problemática que va más allá de la sustitución o dominio de uno y otro soporte, sino adaptarse a la nueva forma de pensamiento, es decir, no sólo convertir un libro en digital sino concebirlo de este modo, son sus propias reglas, lenguajes, y herramientas.
Con los nuevos soportes y a si mismo nuevas plataformas se tiene la posibilidad de que cualquier usuario de la red y de las tecnologías informáticas, se convierta en autogenerado de contenidos y a su vez autoeditor, que supondría la suplantación del editor como tal. Sin embargo, y a diferencia de otros eslabones en la creación del libro, esto no resulta del todo cierto ya que el editor, pese a ser reducido en algunas de sus labores, sigue jugando un papel fundamental en la selección y elaboración de catálogos, partiendo de su criterio y vocación estética particular; así como la constante mediación que realiza entre el autor y el lector; mas éste se debe adaptar al nuevo escenario y a los nuevos procesos de producción.
A su vez, la forma de consumir dichos contenidos será modificada, las audiencias pasivas se convertirán en co-productores activos de los libros mediante sus comentarios y el enriquecimiento proporcionado por el feedback, volviéndose de esta forma productores de los contenidos que consumen.
Mas el problema real yace en cómo convertir o atestar a los libros de una competencia eficaz frente a otros contenidos, que se encuentran en Internet, en los que interactúan texto, imagen y sonido, es decir, enfrentándose a multimediáticos de los cuales el libro no acostumbra hacer uso.
Por otra parte, el uso de estas nuevas tecnologías para los libros conllevara no sólo nuevas formas de leer (consumir) sino de comercializar (negociar), como lo son la venta directa o sindicada, por suscripción, venta de contenidos fragmentados, Pay Per View, por licencia, por publicidad, entre otro modelos, los cuales en su totalidad partirán de la red.
Ante lo que cabe señalar, que si bien la forma de consumir los contenidos será modificada también puede ser así con la cadena de valor de este, su diseño y su intermediación. ¿De forma tal que nos habríamos de cuestionar que se está de todas las modificaciones que implica esta digitalización, que nos invade? ¿Se ésta preparados para ella, o simplemente se da sin la concientización de todos los que de los libros nos aprovechamos?

viernes, 23 de abril de 2010

Control 11

Simplificando producción de los libros

La producción de libros es una actividad que lleva siglos realizándose, y si bien no ha sido modificada en su escénica, el paso del tiempo y la generación de nuevas tecnologías han traído consigo modificaciones técnicas en su proceso. De modo tal que tanto la composición, la impresión y la encuadernación de los libros han sufrido modificaciones en cuanto al uso de tecnologías se refiere.

De la composición manual, a la parciamente mecánica, de ésta a la monotipia, para más tarde dar pasó a la linotipia y a la fotocomposición, para hoy en día hacer uso de la composición digital. Así mismo, la impresión de libros ha presentado transformaciones en su proceso, evolucionando de la aplicación de tinta en presa palan de tipos metálicos, hasta la actual impresión por medios digitales.

Pero dicho progreso también es identificable en el proceso de encuadernación, en el cual se ha dejado de lado el procedimiento de dobles, ordenamiento, y sujeción manual de las hojas impresas dando lugar a la intervención de la maquinaria especializada, en la cual la mano humana hace un acto de presencia y ayuda de ser necesario.

De tal forma que podemos percatarnos como la creación de nuevas tecnologías representa un beneficio para todos y cada uno de los aspectos de la vida, desde la de los hogares y sociedad en general, hasta en los económicos partiendo de las industrias, ejemplo de ello es la industria editorial, sin importar el tamaño o trascendencia de ella.

Es así, que hoy en día un proceso que tardaba semanas en realizar, esta simplificado en un día y con la producción de grandes tirajes de dichas publicaciones, más cabe resaltar que para algunos no son comparables las producciones actuales, presentadas en serie, con aquellas realizadas de forma manual y ciertamente con un toque personal. Es por ello que es necesario cuestionarnos ¿Qué tan beneficiados resultamos con dicha simplificación de la producción o es qué acaso resultamos perjudicados con ella?

lunes, 12 de abril de 2010

Control 12

Dándole vida al libro

Muchos dicen que la vida y el auge de un libro no llega hasta que no es publicado, otros tantos creen que esto no es posible mientras no sea vendido y distribuido; mientras que otros tantos creemos, que no es posible hablar de la vida útil de un libro si este no ha sido leído. Más es necesario señalar que dichas actividades cuentan con una relación intrínseca, en la cual no es posible extraer una y mantenerse en el proceso. Es decir todas son importantes para la conformación del libro.

Ahora bien los libros, como toda materia de comercialización, experimentan el proceso económico de cualquier producto, esto es producción, distribución y consumo; siendo el último aspecto, el consumo, la venta, la comercialización o como se quiera referir a éste; el que en esta entrega resulta de nuestro interés.

Estamos acostumbrados a adquirir la mayoría de nuestros libros mediante la intervención de las librerías entre nosotros y las editoriales; grandes o pequeñas, reconocidas u olvidadas, de gran y novedosa arquitectura o pequeños locales de gran historia, ubicados en el centro histórico o bien en otras colonias de gran tradición en el Distrito Federal. Es así que estamos acostumbrados a acudir a ellas para la adquisición de cualquier libro que satisfaga nuestras necesidades intelectuales y de ocio.

Así también, normalmente llevamos a cabo la compra de libros sin intermediarios acudiendo a los almacenes o librerías propias de las editoriales, como lo es las pertenecientes al Fondo de Cultura Económica, a la Porrúa o bien de diversas instituciones educativas como la Universidad Nacional Autónoma de México.

Sin embargo al adquirir los libros, sin importar el tema o la editorial de la que provengan, nunca reflexionamos acerca de todo el proceso por el que estos han pasado, de las dificultades a las que se enfrentan (como lo son las diferencias idiomáticas presentes principalmente en los libros exportados); en ocasiones ni siquiera somos consientes si es una publicación que contó con promoción o simplemente fue lanzada sin mayor trascendencia al mercado.

Es por ello que cada momento que adquiramos un libro, sería bueno hacer un recuento por medio de sus diversos registros de la historia que ya han escritor estos desde el momento de su producción e intentar imaginar aquella que está por escribir, siempre y cuando exista un individuo con suficiente sed de conocimiento como para poder aprovechar al máximo su contenido.