Editando en la era digital
Las nuevas tecnologías, como ya se ha mencionado anteriormente, han provocado cambio en todos los procesos de creación del libro y la edición, no es la excepción, de forma tal que ha tenido que ser replanteada la labor editorial. De forma tal que desde hace unos años, con el desarrollo de tecnologías digitales e informáticas, los nuevos soportes amenazan con protagonizar la edición en papel, del mismo modo que en la transmisión de conocimiento se ha desplazado, mas no por completo, a los libros para preponderar la internet, Google en especial.
Dichas modificaciones, conllevan una problemática que va más allá de la sustitución o dominio de uno y otro soporte, sino adaptarse a la nueva forma de pensamiento, es decir, no sólo convertir un libro en digital sino concebirlo de este modo, son sus propias reglas, lenguajes, y herramientas.
Con los nuevos soportes y a si mismo nuevas plataformas se tiene la posibilidad de que cualquier usuario de la red y de las tecnologías informáticas, se convierta en autogenerado de contenidos y a su vez autoeditor, que supondría la suplantación del editor como tal. Sin embargo, y a diferencia de otros eslabones en la creación del libro, esto no resulta del todo cierto ya que el editor, pese a ser reducido en algunas de sus labores, sigue jugando un papel fundamental en la selección y elaboración de catálogos, partiendo de su criterio y vocación estética particular; así como la constante mediación que realiza entre el autor y el lector; mas éste se debe adaptar al nuevo escenario y a los nuevos procesos de producción.
A su vez, la forma de consumir dichos contenidos será modificada, las audiencias pasivas se convertirán en co-productores activos de los libros mediante sus comentarios y el enriquecimiento proporcionado por el feedback, volviéndose de esta forma productores de los contenidos que consumen.
Mas el problema real yace en cómo convertir o atestar a los libros de una competencia eficaz frente a otros contenidos, que se encuentran en Internet, en los que interactúan texto, imagen y sonido, es decir, enfrentándose a multimediáticos de los cuales el libro no acostumbra hacer uso.
Por otra parte, el uso de estas nuevas tecnologías para los libros conllevara no sólo nuevas formas de leer (consumir) sino de comercializar (negociar), como lo son la venta directa o sindicada, por suscripción, venta de contenidos fragmentados, Pay Per View, por licencia, por publicidad, entre otro modelos, los cuales en su totalidad partirán de la red.
Ante lo que cabe señalar, que si bien la forma de consumir los contenidos será modificada también puede ser así con la cadena de valor de este, su diseño y su intermediación. ¿De forma tal que nos habríamos de cuestionar que se está de todas las modificaciones que implica esta digitalización, que nos invade? ¿Se ésta preparados para ella, o simplemente se da sin la concientización de todos los que de los libros nos aprovechamos?
jueves, 29 de abril de 2010
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