lunes, 12 de abril de 2010

Control 12

Dándole vida al libro

Muchos dicen que la vida y el auge de un libro no llega hasta que no es publicado, otros tantos creen que esto no es posible mientras no sea vendido y distribuido; mientras que otros tantos creemos, que no es posible hablar de la vida útil de un libro si este no ha sido leído. Más es necesario señalar que dichas actividades cuentan con una relación intrínseca, en la cual no es posible extraer una y mantenerse en el proceso. Es decir todas son importantes para la conformación del libro.

Ahora bien los libros, como toda materia de comercialización, experimentan el proceso económico de cualquier producto, esto es producción, distribución y consumo; siendo el último aspecto, el consumo, la venta, la comercialización o como se quiera referir a éste; el que en esta entrega resulta de nuestro interés.

Estamos acostumbrados a adquirir la mayoría de nuestros libros mediante la intervención de las librerías entre nosotros y las editoriales; grandes o pequeñas, reconocidas u olvidadas, de gran y novedosa arquitectura o pequeños locales de gran historia, ubicados en el centro histórico o bien en otras colonias de gran tradición en el Distrito Federal. Es así que estamos acostumbrados a acudir a ellas para la adquisición de cualquier libro que satisfaga nuestras necesidades intelectuales y de ocio.

Así también, normalmente llevamos a cabo la compra de libros sin intermediarios acudiendo a los almacenes o librerías propias de las editoriales, como lo es las pertenecientes al Fondo de Cultura Económica, a la Porrúa o bien de diversas instituciones educativas como la Universidad Nacional Autónoma de México.

Sin embargo al adquirir los libros, sin importar el tema o la editorial de la que provengan, nunca reflexionamos acerca de todo el proceso por el que estos han pasado, de las dificultades a las que se enfrentan (como lo son las diferencias idiomáticas presentes principalmente en los libros exportados); en ocasiones ni siquiera somos consientes si es una publicación que contó con promoción o simplemente fue lanzada sin mayor trascendencia al mercado.

Es por ello que cada momento que adquiramos un libro, sería bueno hacer un recuento por medio de sus diversos registros de la historia que ya han escritor estos desde el momento de su producción e intentar imaginar aquella que está por escribir, siempre y cuando exista un individuo con suficiente sed de conocimiento como para poder aprovechar al máximo su contenido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario