¿Riesgo financiero la empresa editorial?
La inversión que representa la empresa editorial va más allá de lo que la mayoría consideramos, ya que no se limita a la paga del autor, de las impresiones y de las producciones bibliográficas; sino que se trata de una serie gastos tanto en las personas que interviene en el procesos de creación-edición de las obras (como lo son el actor, traductor, ilustrador, editor), de producción de las mismas (vendedores, publicistas, libreros, etc.) así como en lo materiales para elaborarlas (tintas, papel, entre otras).
Es por ello que la mayoría de las veces se busca la reducción de costos, la incrementación de ingresos y la obtención de ganancias; lo cual, aun cuando en teoría no parezca muy complejo, en la práctica, como en la mayoría de los casos, nos presenta otra versión.
Inversión de capital, edición de ejemplares, venta de libros, honorarios por pagar, y otros tantos problemas son el factor común de la mayoría de las empresas editoriales, sin importar la nacionalidad o lugar en donde se encuentran establecidas las mismas. Por lo que es necesario llevar a cabo una buena planeación sobre los costos, ingresos y ganancias que puedan surgir.
Por lo que se cuenta con dos formas principalmente de observar los costos editoriales. La primera consiste en llevar un registro minucioso de lo que ocurre en cada etapa del proceso, clasificando los costos en de preparación editorial, manufactura, comercialización y distribución; y una segunda usado por el editor precavido, por medio de la cual se determina la cantidad de ejemplares ser impresos, el precio al menudeo y el pago de honorarios al autor, agrupando los gastos en costos automáticamente variables (derechos de autor, imprenta, materiales, almacenamiento y empaquetado), costos no variables (preparación editorial, composición de originales), costos de promoción y costos generales. Mientras que por su parte los ingresos se hallan determinados por factores más allá de los percibidos superficialmente, como lo son el precio al público, la cantidad de ejemplares vendidos, los descuentos a librerías y otros clientes y los costos eventuales de comercialización.
Aun cuando, cabe señalar que dichos elementos deben de ser integrados, lo que genera diversos conflictos por presentarse, en su mayoría favorecimientos para uno y no para el otro. Por lo que se considera un genio editorial aquel que tenga la visión y capacidad de determinar cantidades y reducir precios, obteniendo mayores ganancias. Ante lo que se dice que los costos por copia se reducen en proporción al aumento del tiraje.
Así como la complicación anterior, se presentan distintas relacionadas con los costos y ganancias, y con los cálculos de estos. Además de tomar en cuenta la recupera con del dinero invertido, lo cual no puede dejarse sin considerar, a menos de que se trate de una edición con tintes de beneficio social.
Quedando solamente un punto más por resaltar, el cual aun cuando en nuestra sociedad o realidad no sea tan evidente o reconocible, bebería considerarse una característica a cumplir. El crédito editorial, el cual se refiere a aquel apoyo que debe ejercer el estado con la industria editorial, considerándola, no sólo con como una posibilidad de creación de empleos sino también, como un beneficio social que más tarde será representado en individuos más capacitados y desarrollados intelectualmente hablando. Lo que no será posible sin una inversión a largo plazo, con intervención estatal, que tenga como resultado mayor producción de libros más económicos y por tanto mayos acceso a los mismos.

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