Revisando y arreglando
Como ya fue mencionado anteriormente, el proceso editorial conlleva una gran diversidad de procesos, que tiene como resultado final la presentación física de un libro y la publicación de la misma. Es así como la corrección de manuscritos representa una de las labores de mayor conflicto; ya que, en su mayoría, se llega a crear un enfrentamiento entre el autor del manuscrito y el corrector designado por el editor.
Dicha labor, característicamente exhaustiva, consiste en ayudar al autor a presentar el trabajo limpio, corregido, con precisión y marcadas en el las instrucciones para el tipógrafo, reduciendo las correcciones posteriores al mínimo. Así como en lograr un entendimiento con el autor, el tipógrafo, ilustrador y diseñador del libro, que resulte en una obra de arte bibliográfica.
A demás de ello el corrector que logra percibir la obra con mayor lejanía tiene la capacidad de ubicar los errores e inconsistencias del escrito, a diferencia del autor quien siempre ha de considérala perfecta. Tomando en cuenta aspectos como la legibilidad, unificación, gramática, claridad y estilo, veracidad de información propiedad y legalidad, y detalles de producción.
Es importante ser consientes que el logro final de un manuscrito es la publicación, para lo que son completamente inmutables dichos aspectos, por diferente que sea la empresa editorial en la que se dé la corrección.
La claridad y legibilidad de cada letra que conforma el manuscrito, agiliza el trabajo de tipografía, de tal forma que el tipógrafo no deba detenerse a pensar. Mientras que la unificación de la ortografía y puntuación evita que el lector se confunda por diversas formas de escritura de las palabras, la mala traducción de las palabras, el buen uso de los signos y de la puntuación; y la uniformidad en el material de apoyo, entre otros elementos.
Otros aspectos que el corrector no puede tomarse la confianza de dejar pasar es la escrutinio en cuanto a veracidad de la información contenida y el cumplimiento de propiedad, según la política editorial; así como lo referente a la nula violación de leyes nacionales o derechos de propiedad.
Siendo así indispensable no dejar pasar uno sólo de los puntos de revisión, permitiendo dar paso a la conjunción del manuscrito. Trabajo de corrección para el cual es necesario nos solo la inteligencia, curiosidad y conocimientos de cultura general, sino también la ayuda de materiales como libros de consulta (diccionarios, enciclopedias y manuales de estilo principalmente), marcadores, lápices de colores y foliadores.
Con cada una de las anteriores evoluciones y correcciones del manuscrito, es como se da el toque final del mismo, dando paso a la lectura de las pruebas galeradas (antes de la formación de páginas) y compaginadas, las cuales son sensibles a otra revisión y posible corrección, que finalmente concluirá en la impresión de los ejemplares.
Una serie de pasos, que si bien pueden resultar no tan complejos, que requieren atención total e inmediata, no solo del corrector y del autor, sino también en ocasiones del editor. Resultando de ellos una buena obra, por lo menos en cuanto a procesos editorial y de corrección, se refiere.

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